Buscar este blog

lunes, 17 de mayo de 2010

Las actitudes y la comunicación. Sentimientos de respeto, agrado y desagrado.




PRIMERA PARTE

1.- Este ejercicio consiste en describir dos experiencias: en la primera, debemos recordar una situación en la que nos hayamos sentido plenamente respetados y, en la segunda, traeremos a la memoria una situación opuesta, es decir, en la que en nuestra vivencia el respeto hacia nosotros ha estado ausente. Posteriormente, relataremos los pensamientos y sentimientos que cada una de ellas nos produce.

Una situación de gran respeto, es en las conversaciones por ejemplo en mi familia, cuando estamos casi todos y toman en cuanta mis comentarios. Cuando he estado en contacto con personas que me tratan de foema indiferente, aunque esto casi no sucede pero si es raro.


2.- Otro actuación es dar respuesta a lo que supuestamente otra persona nos comparte; no olvidemos que las respuestas, aunque sean descriptivas, no deben dejar de lado nuestros valores, ideas y sentimientos. Para ello se te pide enunciar algunos valores en diferentes ámbitos de tu vida personal; posteriormente, reflexionar sobre los mismos y observar qué tan nocionales o reales son.

Soy sincera como amiga y enemiga, cuando hay cosas que las considero incomodas de los demás haci mi o de los demás hacia los demás, trato de hacerles ver sus actitudes de foema, que pongo en practica lo que siento para evitar malentendidos, es mejor decir las cosas como son y cara a cara.

Soy responsable con las actividades que se, son mi obligación como: ayudar en la casa, cumplir en la escuela... Me gusta salir a divertirme, pero sin descuidar las labores que son mis obligaciones.


3.- Al reflexionar acerca de estos valores te das cuenta que algunos de ellos se ubican en el plano puramente racional más que en el de la acción, podrás preguntarte si realmente deseas que se conviertan en valores activos y qué debes hacer o dejar de hacer, para lograrlo.

Soy responsable y sincera o directa porque así es como me gusta comportarme, me ha traido aspectos positivos, sin embargo; si sólo los tuviera en mi mente no sabría si me afectan o me benefician.




SEGUNDA PARTE:

El siguiente ejemplo nos orienta para desarrollar la actitud de congruencia a partir de la habilidad para interactuar describiendo lo que vemos, oímos y sentimos, sin juzgar.

En este caso el Interlocutor Uno manifiesta:

“No sé como convencer a Gerardo para no ir de vacaciones con sus papas. Mis suegros no me caen bien, son insulsos... aburridos, y Gerardo se la pasa asistiéndolos. Mis papas también planeaban invitamos pero los suyos se adelantaron, ¿qué voy a hacer? ¡Puedo fingirme enferma para no ir!”.

Hay una respuesta evaluativa y no descriptiva del interlocutor Dos:

¡Caramba, Esther, no tienes perdón de Dios! Está frente a ti la oportunidad de pasar unas buenas vacaciones con tu marido y divertirte, ya quisiera yo estar en tu lugar. Habla con Gerardo y dile lo que sientes, ¡no seas tonta!

Aunque después vemos la otra respuesta descriptiva y no evaluativa del interlocutor Dos:

“Es claro que te gustaría mucho más ir con tus papas, te entiendo porque a mí también me gusta más viajar con mis padres que con los de mi esposo, me siento más en confianza. También parece que te molesta la atención excesiva que él les brinda, y probablemente esto no ayuda a que tú te sientas mejor y más integrada con ellos. Fingirte enferma es una opción para esta ocasión, pero qué pasará con subsecuentes invitaciones que ellos les hagan, ¿qué otros pretextos usarás?”.


1.- Con lo anterior describe en qué partes del diálogo se dan respuestas evaluativas.
En la segunda parte, con el interlocutor dos. 2.


2.-¿Y en qué otras partes del diálogo se dan respuestas descriptivas entre los interlocutores?
En la primera y última parte del dialogo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario